jueves, 14 de abril de 2016

Análisis de La Hojarasca

"García Márquez es claramente un personaje icónico íntimamente relacionado con el acontecer político e histórico de América Latina. Él ha querido ser siempre testigo del poder y es justo decir que esa fascinación no es gratuita, sino que persigue determinados objetivos. En los años setenta fue un activista muy directo, un partidario de la revolución cubana y de sus aventuras africanas.” Gerald Martin. (2008). Gabriel García Márquez. A Life.

Gabriel García Márquez nació en Aracataca, Colombia. Se relaciona de manera inmensa con el realismo mágico donde su obra más conocida es “Cien años de Soledad”. Esta es considerada una de las obras más significativas de este movimiento literario. Mediante la creación del realismo mágico cabe destacar el nacimiento de lo que se conoce como el Boom Latinoamericano que consistió en la revelación y expresión de los escritores más conocidos en la época a través de poemas, canciones, libros, entre otros. En este análisis nos centraremos en una de las obras escritas por García Márquez en esta época, “La Hojarasca”.


En La Hojarasca, el libro que nos hemos propuesto a analizar, encontramos una trama que trata la historia de un hombre, un misterioso médico odiado por el pueblo de Macondo. La obra comienza con el presunto suicidio de este personaje que cayó en desgracia cuando le negó atención médica a un grupo de heridos. El punto de tensión o clímax de esta historia es en el momento en el que se discute el lugar de entierro del doctor, ya que el Coronel postulaba que tenía que ser tratado como todo ser humano, mientras que los soldados representaban la opinión del pueblo, replicando que él no se merecía un entierro digno y que su cuerpo debería podrirse en su lecho para que todo el pueblo sintiera calma y dejara su odio en el pasado. Luego de esta escena, el coronel recibe los papeles firmados por el alcalde, que terminan autorizando el entierro del doctor, lo que lleva al cierre del ataúd y a la procesión fúnebre, protagonizada por el coronel, su hija Isabel, y el hijo de esta.


En esta novela se encuentran tres narradores omniscientes, quienes poseen distintos puntos de vista frente a esta situación, estos son: Isabel, quien es hija del coronel y fue al entierro porque este la obligó, pero lo único que esta piensa es cómo el pueblo la va a ver después de esto e intenta esconderse para no ser reconocida; en segundo lugar se encuentra su hijo, que ve todo esto de una manera inocente e incrédula al principio, viendo cada elemento de este cadáver de forma detenida y curiosa, pero va mutando de manera mínima a medida que transcurre la historia; finalmente se encuentra al coronel, padre de Isabel y único defensor del entierro del médico, ya que él es uno de los pocos que logró conocer y eventualmente simpatizar con este hombre, lo que se muestra en un monólogo donde cuenta la historia de cómo este personaje misterioso llega a Macondo y termina viviendo en la casa del coronel y hablando con él.


Además de estos distintos puntos de vista, se pueden visualizar ciertos personajes que ayudan a que la historia avance, como por ejemplo el alcalde de Macondo, quien firma la autorización para que se realice el entierro, los guajiros que ayudan al coronel con el muerto, trasladándolo y ayudando con la confección del ataúd, y el coronel, que era la única persona que defendía al recientemente perecido doctor, y permitió que la historia empezara en primera instancia, ya que sin él, nunca se habría realizado el funeral, o reconocida su muerte hasta que apareciera el olor a putrefacción.


En esta novela de Gabriel García Márquez junto a muchas otras como “Cien años de Soledad” se introduce una escena dramática al comienzo de su narración que luego se traslada hacia el pasado, narrando sucesos que nos van a guiar a la conclusión final.


Con la narración de esta obra se descubre que lo más importante de la narración es un doctor que vino a Macondo. La salvación de este es una carta de sugerencia del coronel Aureliano Buendía, un personaje mejor conocido en el famoso libro “Cien años de soledad”. Esta carta dirige al misterioso doctor a la familia que narra el suceso que se produce.


El coronel, que era un hombre decrépito y medio ciego, se siente comprometido de enterrar al recientemente fallecido médico. A pesar del acuerdo que existe en Macondo de que, este fallecido doctor debería pudrirse en la casa en la que él había vivido totalmente aislado durante diez años, el coronel hasta el final luchó para que este doctor fuese enterrado correctamente como todo ser humano al morir. La hija del coronel, Isabel, es obligada a acompañar a su padre al entierro, sabiendo que ella y su hijo tendrán que enfrentarse a la furia de sus vecinos en Macondo. La narración del nieto, hijo de Isabel, por otro lado, se enfoca en lo curioso y lo fantástico de la muerte. El monólogo a analizar se centra en el padre de Isabel, quien se enfoca en la historia que nadie conoce del doctor, yendo más allá de prejuicio del pueblo y el lector. A continuación, presentaremos un fragmento ejemplificando lo anteriormente dicho citando un diálogo entre del coronel y el doctor que se encuentra en el primer capítulo:


"Lo miro a los ojos y siento que le he mirado con la firmeza necesaria para hacerle entender que penetro hasta lo más hondo de sus pensamientos. Le digo: “Usted se está colocando fuera de la ley para darles gusto a los demás”. Y él, como si hubiera sido exactamente eso lo que esperaba oír, responde: “Usted es un hombre respetable, coronel”. Yo le digo: “Usted más que nadie sabe que está muerto”. Y él dice: “Es cierto, después de todo yo no soy más que un funcionario. Lo único legal sería el certificado de defunción”. Y yo le digo: “Si la ley está de su parte, aprovéchela para traer un médico que expida el certificado de defunción”. (27)


Esta obra se sitúa en el pueblo de Macondo, una ciudad que posee elementos típicos de las grandes capitales latinoamericanas, como la sobreexplotación de recursos naturales y un subdesarrollo en el área tecnológica, además de la preferencia de áreas rurales sobre las urbanas, ya que el pueblo tampoco estaba muy desarrollado en ese ámbito. El tiempo se puede situar en los años del boom latinoamericano, cercano a la época del 50’.


Para terminar este análisis del texto “La Hojarasca” concluimos u opinamos que existe una gran influencia de las guerras ocurridas en el siglo XX, ya que ese siglo se denomina como la época de las Guerras Mundiales. En ese periodo las personas pensaban mucho en sí mismas, en su libertad y en su bienestar, ya que la mayor preocupación que existía en ese entonces era sobrevivir. En la novela se refleja mucho la preocupación de ellos mismos, en el qué dirán (un ejemplo sería Isabel, al preocuparse de su reputación al enterrar al doctor), la poca empatía hacia otro, como se evidencia en toda la obra con el odio que encontrase entre los habitantes de Macondo y el doctor, sin tener siquiera argumentos lógicos o razonables. Al coronel, al contrario manifiesta preocupación e interés hacia este extraño médico, ayudándolo y defendiéndolo hasta el final. De forma personal creemos que el coronel refleja las pocas personas que realmente estaba interesada en ayudar a salir adelante no solo a él mismo, sino a las personas que más lo necesitaban cueste lo que cueste, como fue en este caso con el doctor, haciendo todo lo posible para buscar lo que es justo para un hombre, un ser humano como todos nosotros.

5 comentarios:

  1. ¿Cuál seria el movimiento literario de la obra?

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  2. NADIE ES PERFECTO, EL MÉDICO, NO CUMPLIÓ SU JURAMENTO EN SERVIR A LA SOCIEDAD, PERO SI UN CORONEL CUMPLIÓ SU JURAMENTO DE SERVIR A LA SOCIEDAD, LO CUAL SORPRENDE ESTA ACCIÓN SOLIDARIA DE ESTE CORONEL, HACER EL BIEN SIN MIRAR A QUIÉN.

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